martes, 11 de mayo de 2010

2 patitos


Laura:

Hoy queremos escribirte algo original.  Diferente en estilo a lo que hemos escrito hasta ahora.

Algo original, sin la más mínima equivocación ni borrón.  Ni una gota de tristeza que humedezca la hoja, ni una gota discordante desafinando el mensaje.
Que al leerla tu corazón palpite más rápido, tus ojos brillen aún más y tus labios sonrían conmovidos. 

Algo sencillo, espontáneo, que te haga un poco más feliz si cabe. Sin duda es mucha nuestra pretensión, pero es lo que queremos porque te apreciamos mucho.

Quisiéramos llenar un sobre de flores, de estrellas, de palabras significativas para ti.  También queremos meter nuestros corazones que te aprecian incondicionalmente. 

Para ser aún más originales, no hemos comprado ningún regalo para darte.  Las tiendas no tienen nada nuevo, las tarjetas de cumpleaños no cambian, todo es igual, repetido.  Por eso hemos decidido darte algo que nadie más puede dar, porque no está en un almacén, ¡porque no cabe en una tarjeta! 


Nuestro regalo de cumpleaños es lo que tenemos más valioso, porque es un poco de nosotras mismas.  Es una llavecita especial que abre nuestro tesoro interior donde se encuentra lo que hay de más puro, verdadero y personal...  esa llavecita no es de oro pero tiene un valor inmenso. Si quieres puedes llamar
la amistad. 

Peque, esperamos que seas muy feliz y que lo pases muy bien en este día, rodeada de toda tu gente y que cumplas muchos muchos más!

jueves, 6 de mayo de 2010

Mi cajita de cristal

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.
Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca. 

Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.

Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal. 

A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.
Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.



Es aquello por lo que darías todo.
Menos tu cajita de cristal…